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ME ROBARON

lunes, 2 de febrero de 2009


Mirco llegó a mi casa pidiendo que lo acompañe donde su mamá. La idea de ver a su mamá me animó pero estaba haciendo tareas (siempre tan responsable yo) así que le dije no. "Oe vamo donde mi amá". "Hummmm... no". "Ya pe vao, después hacemos hora por ahí". "Esteee... no" "Oe ya pe oe". "No, aunque pensándolo bien, NOOOO".

Continuaba yo en la tranquilidad de mi casa, cuando pasado ya diez minutos que se había ido mirco, tocaron otra vez mi puerta. "Oe Dani...". "Que terco eres Mirco". Era Mirco, había vuelto, pero esta vezlucía preocupado y con un moretón en la cara. "Oe Dani me..." "No puedo ir" "Oe Danie escucha, me han..." "No insistas" "Escucha oe, me..." "Que no puedo, estoy haciendo tarea, es que..." "ME HAN ROBADO HUEVÓN"

Lo qu pasó fue esto: Como no lo acompañé, se fue solo, llegando por la avenida pasó por unos callejones donde dos pirañas lo agarraron y le robaron su reloj. Me sentí algo culpable por no haberlo querido acompañar. ¿Pero si yo estaba ahí, que podríamos haber hecho? Seguro gritar más fuerte para que alguien nos escuche.

Me puse zapatillas y fuimos por el lugar. Caminando por ahí le pedí que me contara como había sido el atraco. Lo que me narró fue una cruenta y brutal batalla épica, digna de su respectiva película, donde él solito se enfrentó a dos tuberculosos y raquíticos pirañas, pero que bajo su interpretación eran unos sicarios ninjas de Al Qaeda. Y en su relato, él era una especia de Jackie Chan cholo - y más enano- el cual esquivaba golpes, chuchillos e incluso una que otra bala sin embargo repartía puñetes y patadas voladoras por doquier. Creo que hasta un kame-kame-ha soltó (mismo Gokú). En una distracción, se le cayó el reloj y los pirañas, perdón, los sicarios ninjas lo cogieron y corrieron.

Llegamos al callejón de los hechos y no había nada, miramos alrededores y confirmamos lo anterior, no había nada. Me dio un poco de pena verlo así, tan desolado. Lo miré otra vez, la noche era fría, la luna brillaba tenue como un sol pálido blanquísimo. Él estaba parado frente a mí, con un moretón en la cara y algo asustado aún. Seguía ahí, me pareció tan tierno y lindo, me acerqué a él y lo tomé de la mano, el me miró, tomó mi rostro y … Jajaja es broma.

La verdad es que no había nada. Regresando por mi casa, se nos cruzó un tipo haraposo que estudio conmigo un corto tiempo en primaria. Recuerdo que este tipo salió en la televisión cuando tenía alrededor de ocho años. Apareció en un reportaje trágico al mejor estilo Nicolás Lúcar. Él pedía ayuda, decía que tenía grandes ansias de estudiar y ser profesor de grande. Sus tíos lo golpeaban y sólo quería una ayudita. Oséase, plata. Ayuda le llegó por montones; comida, ropa y su dinero. Por sus ansias de estudiar, lo matricularon en mi colegioy justo en mi salón. Bueno, quería estudiar el muchacho, todos podemos superarnos. Tenía ansias de estudiar. Lamentablemente sus ansias duraron un mes, luego empezó a tirarse la pera y venía interdiario, luego venía una vez a la semana, luego ya no venía. En ocasiones lo veía drogándose y robando en las esquinas.

Continúo, ese día se nos acercó, me saludó, aún me recordaba y me ofreció un celular. “Oe mira tengo un celular recién robado. ¿Qué dices?” “Manya, bien por ti” “No pe ahuevado, te lo estoy dando” “Wow, gracias, dámelo pues” “No pe imbesil, dame 30 soles” “Qué con esas, nada no corre”. Entonces Mirco se metió en la conversación, el tipo dijo que era un sony K530i que ni bien lo robó le sacó el chip para romperlo de inmediato, así que el equipo estaba perfecto. Mirco les pidió su rebajita y el tipo se lo dejó a 27 soles.

Acompañé a Mirco a su casa para sacar el dinero, el tipo se quedó esperando. Mirco esta recontra feliz, tanto así que el golpe morado que le dieron los sicarios nijas en la cara se puso mas morado aún. “Que suerte la mía, pierdo un reloj, pero gano un celular”, dijo y también me confesó un secreto: “No se me cayó el reloj y se corrieron, en realidad me golpearon y se fueron caminando, y no eran ni sicarios, ni ninjas, solo eran dos chiquillos… ¡pero creo que si eran de Al Qaeda ah!”. Bueno, sí claro.

Mirco sacó un billete de 10 soles y otro de 20. Regresamos y el tipo seguía esperando, entonces conversaron, yo solo miraba. “¿Trajeron el dinero?” “Acá está” “Dámelo” “Dame el celular primero” “¿Ven al tipo de cruzando la esquina? Es mi tío, él lo tiene” “Tráelo” “Es que tiene que sacar su comisión pues” “Dame el dinero y lo traemos” “Tengo 30 soles, dame 3 de vuelto” “No tengo, vamos a la tienda que voy a comprar algo”.

Mirco le dio todo el dinero, el tipo compró un par de cigarros y le devolvió sus 3 soles. “Espérenme acá, voy a traer el celular” dijo el tipo. “No” contestó Mirco. “Espérame pues, no te voy a robar tu plata pe gil” respondió el tipo.
Salimos de la tienda, el tipo caminó hasta la esquina y antes de cruzarla, dobló.
Como ya se hacía tarde yo regresé a mi casa. Creo que Mirco sigue en la tienda, esperando su celular.

2 comentarios:

Silvanna H dijo...

Que estúpido es Mirco!
...jajaja
Escribes bien EMO. :)

ando... dijo...

Jajajajajajajajaja

De acuerdo con Silvanna

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